“El delito llamó a su puerta”: una familia sufrió una feroz arremetida

El delito volvió a elegir la castigada Zona Norte de La Plata para estrenar un nuevo capítulo de su saga de brutales y feroces embates, que no para de provocar temor entre sus habitantes.

El episodio, que recién se conoció en las últimas horas, tuvo lugar durante la noche del 25 de abril en un sector del barrio ubicado en las inmediaciones del Parque Ecológico e involucró a cuatro sujetos, aparentemente mayores de edad.

Fue tan violento e intempestivo su accionar, que las víctimas, sumidas en un cúmulo de temor e intranquilidad, optaron por no precisar la ubicación de su domicilio por temor a sufrir represalias.

Además de severas pérdidas económicas, el hecho potenció la sensación de miedo y preocupación constante, que se vive en todo el sector ante el constante asedio de grupos dispuestos a todo.

No es para menos, ya que este capítulo de inseguridad viene antecedido por otro muy grave, que había tenido lugar hace tan solo 5 días.

Entre ellos figuran el robo cometido a plena luz del día en la vivienda de un músico ubicada en 16 y 495 bis, de la que se llevaron dispositivos electrónicos e instrumentos profesionales.

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Según pudo confirmar este diario, un grupo de al menos dos delincuentes armados y con el rostro completamente cubierto, ingresó el pasado 20 de abril en la casa de un médico ubicada en 14B entre 458 y 459. Ocurrió promediando las 2 de la madrugada.

Lo llamativo del caso es que demostraron no tener miedo a nada, ya que para acceder a la propiedad cortaron el cerco eléctrico que divide la propiedad de la reserva natural.

En base a la versión oficial, el hecho de que la cerca alambre se encontrara electrificada, no fue impedimento para este clan de delincuentes que, empleando una tenaza, realizó un orificio lo suficientemente grande para pasar sin tener que sufrir una descarga.

Luego, provistos de armas de fuego y una barreta, los ladrones no escatimaron en acciones violentas y castigaron de manera brutal al propietario del inmueble para que indicara dónde tenía sus ahorros.

Ayer intentaron ejecutar el mismo acto en otra vivienda de la zona. Todas las maniobras que llevaron a cabo en el interior de la propiedad, quedaron al desnudo gracias a las imágenes que captaron las cámaras de seguridad del lugar.

En el video, al que tuvo acceso este diario, se puede ver el momento en el que cuatro individuos saltan el cerco y de forma inmediata se disponen a intentar ingresar a la vivienda.

Eran las 23.41 cuando los sujetos comenzaban a tomar carrera para iniciar la arremetida. Justo en ese momento, los propietarios del inmueble se encontraban ultimando los preparativos para dormir.

Claro está, se encontraban relajados pensando en la jornada siguiente cuando sintieron el primer estruendo. Provenía de la puerta principal. Inmediatamente sintieron el segundo golpe.

Luego, sobrevinieron dos golpes casi en simultáneo. Las voces que provenían del exterior confirmaron a la familia que se trataba de una amenaza delictiva.

Todo apunta a que creían que en la casa no había nadie y que decidieron abortar sus planes cuando observaron que las luces se habían encendido.

Lo concreto es que si bien alcanzaron a romper parte de la puerta, al final los sujetos decidieron recular y terminaron abandonando la propiedad.

De este modo, los propietarios de la finca accedieron a hacer pública una foto en la que se puede ver el estado en el que quedó la entrada principal de su vivienda.

La abertura en esas condiciones refleja lo cerca que estuvieron los ladrones de ingresar y cumplir con sus oscuros objetivos.

Este caso vuelve a traer a colación la denuncia que vienen haciendo desde hace años quienes residen en la zona.

Según argumentan, el sector absorbe una gran cantidad de las acciones delictivas que son cometidas en comunas como City Bell, Gonnet y Villa Elisa.

El postulado, que han repetido hasta el cansancio ante las autoridades competentes, sostiene que, al ser extenso y no contar con ningún tipo de medida de seguridad, el predio municipal termina siendo utilizado como vía de escape por los delincuentes.

Aseguran que hasta serviría de aguantadero para enfriar elementos robados. Según comentan los vecinos, al parecer, la presencia policial es nula y tampoco se cuenta con personal de la Comuna dedicado a tareas de vigilancia o rondines.

Siempre en base al reporte de los pobladores de la zona, su vasta extensión, de más de 200 hectáreas, facilitaría entonces las maniobras delictivas, porque con ingresar al lugar alcanza y sobra para ocultarse entre la tupida vegetación y no correr riesgos de una detención segura.

Incluso se informó que parte del alambrado perimetral que había sido colocado a nuevo, ya fue destruido.

“Parece un colador”, es la frase más utilizada por quienes se animan a hablar del tema.

Sumidas en el temor y la intranquilidad, las víctimas optaron por no precisar la ubicación de su casa